El golpe a Nexos

Por: Javier Esteinou Madrid

La inhabilitación de la editorial Nexos, Sociedad, Ciencia y Literatura S.A. de C.V., por dos años y el pago de una multa por casi un millón de pesos impuesta por la Secretaría de la Función Pública (SFP) el 20 de agosto de 2020 debido a que supuestamente hace dos años presentó información falsa en una adjudicación otorgada para difundir una página de publicidad del instituto Mexicano del Seguro Social por $74,000 en 2018; rebasó el inquietante caso particular de agresión hacia este órgano político, académico, periodístico de análisis crítico sobre la realidad mexicana, fundado hace más de cuatro décadas en el país. Independientemente de las filias y fobias ideológico-políticas que se tengan hacia la dirección de dicho medio de difusión intelectual por su función orgánica con gobiernos anteriores, la realidad es que este suceso forma parte de una larga cadena desordenada pero constante del nuevo gobierno de la izquierda morenista por desmantelar gradualmente la estructura de la opinión pública crítica hacia el reciente régimen político emanado de las elecciones de julio de 2018 en México. Ubicado en perspectiva histórica, este hecho fue el capítulo más reciente de un sinuoso proyecto del gobierno de la Cuarta Transformación (4-T) para intentar someter al pensamiento crítico y las repercusiones políticas que este produce sobre la formación de la conciencia de los ciudadanos en el país, especialmente en la antesala de las elecciones intermedias del 2021, reconocidas como los comicios más grandes del registro electoral en la historia de nuestra nación. Los intentos de subordinación de la expresión diferente, alternativa, disidente, contestataria, discrepante, divergente surgieron desde principios de la nueva administración de la izquierda nacionalista en la República, evolucionando de manera atropellada, fragmentada, desorganizada e inconstante, pero que en conjunto mantuvo el objetivo claro de lograr a mediano plazo la construcción de la hegemonía ideológica morenista mediante el control de la opinión pública para gobernar con mayor éxito masivo. Dicha política de creación de la hegemonía morenista a través del dominio del espacio público simbólico, abarcó diversos mecanismos, pero en el terreno de la libertad de expresión se concretizaron, entre otras, en cinco grandes estrategias de control ideológico-político: desmantelamiento del sistema de comunicación y cultura heredados; negociación con los grandes poderes fácticos ideológicos; centralización y control de la dinámica de la comunicación colectiva; creación del nuevo aparato ideológico del gobierno de izquierda y; arrinconamiento de los medios de comunicación opositores. Al deshilvanado proceso de construcción de esta quíntuple táctica gubernamental para crear la nueva hegemonía ideológica de MORENA, hay que agregarle que dicho proyecto de subordinación psico mental se consumó en el marco de la mayor agresión que ha experimentado la práctica del periodismo nacional. Según la organización Periodistas sin Fronteras a lo largo de la gestión de la Cuarta Transformación, desde diciembre de 2018 hasta agosto 2020, se asesinaron en territorio nacional a más de 16 comunicadores, especialmente incomodos para la estructura de poder. Esta alarmante realidad colocó a México en el lugar 144 dentro de 180 países en el índice de Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2019. Según Human Wright Watch, tal panorama dramático, se completó con más de 650 amenazas, ataques o formas de agresión que también sufrieron los comunicadores mexicanos durante los primeros dos años de gobernabilidad del sexenio lopezobradorista, quedando inmunes el 90% de tales delitos.Mediante esta compleja y enmarañada dinámica política de negociación-control-sometimiento-discrecionalidad-premiación, pareciera ser que en la transición política del México de 2020, el gobierno pasó de la fase de instrumentación del modelo de comunicación de la “Ley chayote” donde se le pagaba (embute) a los informadores para evitar que criticaran al Estado; a la etapa de aplicación del modelo de comunicación de la “Ley Morena” de la Cuarta Transformación donde “si no estás conmigo, estas contra mí”, y por lo tanto, cerco tu libertad de expresión con múltiples mecanismos estatales, directos e indirectos, de intervención burocrático-autoritaria para someterla. En lugar de auspiciar el amplio debate público plural, abierto y respetuoso que es el fundamento de la democracia y la civilidad, se limita y persigue las posiciones críticas; esto es, en vez de responder con datos, cifras, hechos y argumentos a los diagnósticos críticos que expone el pensamiento analítico, se intenta asfixiar a los diversos espacios culturales donde se difunden con mecanismos déspotas.Lo lamentable y preocupante de esta situación es que pese a qué estando en el proceso de restauración de la nación mexicana alrededor de un nuevo proyecto de inclusión, pluralidad, igualdad, justicia y democracia, siguiendo la promesa comprometida cientos de veces durante las “conferencias matutinas” en Palacio Nacional sobre el respeto a libertad de expresión y el pensamiento plural, incluso discrepante; contradictoriamente el hecho concreto que nos estalló en la cara fue el empeño gubernamental por el control y la subordinación de la inteligencia autónoma en la República para anular a los opositores: aquello que no domino ideológicamente, se debe sabotear.Da la impresión de que tanto en los patrones de gobernabilidad burocrático- neoliberales de los sexenios anteriores, como en el nuevo modelo de dirección nacional del paradigma de la “Esperanza del Cambio” (lema de la 4-T); la existencia de la mente critica con sus diversas propuestas correctivas de gobernabilidad, continúa siendo una amenaza para el moderno estatus quo político y, en consecuencia, hay que desarmarla, castigarla o encarcelarla para avanzar por los caminos de la “verdad estatal” dominante que se impone como nuevos lentes para ver la realidad y la historia de la República. Con ello, el lema del gobierno de la izquierda nacionalista que formula que “la prensa y la opinión pública se debe regular con la misma interacción de la prensa y la opinión pública”, se derrumbó en añicos, pues el atentado contra la revista Nexos demostró que el pensamiento independiente no se regula con la contra discusión argumentada y documentada de la otra concepción antagónica, sino con la censura estatal.

Fuente: Esteinou Madrid, Javier, “El golpe a Nexos, en plena 4-T:”, Revista Siempre, No. 3509, Año LXVII, Sección Comunicación, Fundación Pagés Llergo, Ciudad de México, México, 13 de septiembre de 2020, páginas 62 y 63. Reproducida con autorización del autor.

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