Populismo una forma de hacer política que está de moda”.


Autor: Víctor Hugo Ortiz Montalvo.

El populismo se define y puede entenderse como un conjunto de doctrinas políticas que se dicen defensoras del pueblo, los líderes populistas se caracterizan por defender e incluir en su discurso principalmente a las clases sociales más bajas que carecen de privilegios políticos y sociales. Es una forma de hacer política que no es para nada nueva, ya que sus orígenes datan en las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX en Europa. En la actualidad esta forma de hacer política está de moda, ante el desgaste total de los partidos políticos y la carente identificación que tiene la sociedad con las ideologías políticas y partidistas, el populismo ha venido a retomar gran fuerza en este siglo XXI y tanto es así, que este ha sido muy exitoso en América Latina, región que ha sido gobernada en los últimos años por un gran número de líderes populistas entre ellos: Hugo Chávez (Venezuela), Nicolás Maduro (Venezuela), Evo Morales (Bolivia), Andrés Manuel López Obrador (México) y Donald Trump (Estados Unidos) por poner algunos ejemplos.

Una pregunta que es más que evidente hacerse es ¿Por qué el populismo ha tenido tanto éxito en los últimos años? Una respuesta a esto, es por el gran distanciamiento político que existe entre el pueblo y la clase gobernante, los gobiernos en turno se han dedicado a alejarse del pueblo. Sus políticas públicas no generan bienestar, son políticas públicas que no tienen para nada impactos positivos en las clases sociales más bajas. En la actualidad no existe un progreso que se vea reflejado y elimine o reduzca la pobreza, las desigualdades sociales y que permita el acceso universal y de calidad a los servicios de educación y salud, y esto evidentemente favorece al desarrollo de esta doctrina política. El principal motor que impulsa al populismo es el gran número de ciudadanos que se sienten excluidos, rechazados, no tomados en cuenta por los Gobernantes. Este importante sector de excluidos cuyas protestas sociales no se entienden ni se atienden por los gobiernos en turno.

Cada vez son más los actores políticos que incluyen en sus discursos de campaña propuestas dirigidas a las clases sociales que poco son tomadas en cuenta, entre las que se encuentran los migrantes, los pobres, los desempleados, los campesinos, los obreros y los indígenas principalmente, esto con la finalidad de conquistar a este amplio sector social que ha sido excluido y poco tomado en cuenta por las administraciones públicas y que representan un amplio sector de votos que puede ser clave para ganar elecciones o repetir mandatos.

Los líderes populistas suelen ser personas nacionalistas, que dividen a la sociedad entre los privilegiados y los desprotegidos, los liberales y los conservadores, los ricos o los pobres. Los personajes populistas suele polarizar los temas políticos y sociales y se consideran capaces de garantizar la igualdad, poniendo como prioridad en su agenda erradicar las desigualdades sociales.

El populismo no es una doctrina propia de algún partido político ni muchos menos de una ideología política, hay populistas tanto de izquierda como de derecha o centro, hay populistas en todos los partidos políticos sin importar colores o ideologías.

En la actualidad el populismo se ha puesto de moda, ha sido capaz de conquistar a los excluidos a los sin voz, ha tenido una gran vigencia en Latinoamérica desde hace varios años y parece que llego para quedarse al menos por unas cuantas décadas más. Debemos de entender que la política y los políticos cambian, se trasforman o en el mejor de los casos evolucionan, el populismo no debe de ser malo, siempre y cuando respete la pluralidad de pensamientos y opiniones que son propias de las democracias modernas.

Sin embargo un grave problema que nos han mostrado los Gobernantes populistas es que suelen ser personas intolerantes a la crítica, capaces de dividir al país entre “buenos” y “malos”, en mi opinión eso no abona nada a un clima tan polarizado como el que se vive actualmente en la mayoría de los países. El gran reto de los gobiernos populistas es de verdad atender las desigualdades sociales, dejando de lado el discurso de división y la politiquería que no dejan nada bueno. La sociedad está harta de las promesas, hay que dar el siguiente paso, hay que responder con hechos que de verdad se gobierna y se gobierna bien. Los líderes populistas deben de entender que una vez que se llega al poder se requiere de una gobernabilidad equitativa, ser Presidente de la República implica gobernar para todos no solo para unos cuantos.

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